Pedro GPinto, aficionado a juntar letras. En setenta años que arrastra en su mochila no aprende. Jo

martes, 4 de marzo de 2014

Otra puerta se abrirá

Max Estrella, ciego y abatido. Madama Collet, su esposa le reprende o anima. Otra puerta se abrirá, le dice. Es la voz de la esperanza, del afán de encontrar si no la luz perdida, sí la manera de buscar otros senderos.

¡

Veo, y veo magníficamente!, casi ruge el escritor alucinado. -¿Pero qué ves? le interroga su esposa y Max responde: ¡El mundo ¡Las cosas que toco, para qué necesito verlas!


Ha caído en un sopor pesado, ayuno de alcohol, el escritor indigente y de él sale cuando oye la voz de don Latino, del compañero fraternal que le llama hermano, hablando de las míseras pesetas que ha obtenido y que según dice, Max había dispuesto noblemente de ese dinero. 

-¡Oh, querido, con tus generosidades nos has dejado sin cena! exclama Madama Collet, apagando el triste candil de su esperanza. 

-  ¡Idos todos al diablo! ruge de nuevo el poeta, 

   
                               como toda contestación.


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